La saga de Geralt de Rivia

En la actualidad, hablar de la literatura fantástica es hablar de J. R. R. Tolkien, George R. R. Martin o Patrick Rothfuss, escritores que se han granjeado fama mundial gracias a sus obras y que se han convertido en imagen representativa de un género ampliamente extendido. La saga de libros de la que os voy a hablar hoy, mi favorita dentro del género de la literatura fantástica, no pertenece a ninguno de estos autores y, por desgracia, no es tan conocida. 

La saga de Geralt de Rivia, obra del autor polaco Andrzej Sapkowski, está formada por siete libros (en España el último de ellos está dividido en dos partes). Los dos primeros libros son un compendio de historietas cortas que sirven para dar a conocer a varios de los personajes que harán acto de presencia en el resto de libros de la colección, que sí son una saga al uso con una trama continua (a pesar de que en nuestro país se le conoce como La saga de Geralt de Rivia, ésta es conocida internacionalmente como La saga del brujo). El orden de lectura es el siguiente:

- El último deseo.

- La espada del destino.

- La sangre de los elfos.

- Tiempo de odio.

- Bautismo de fuego.

- La torre de la golondrina.

- La dama del lago (partes 1 y 2)

El protagonista principal, Geralt de Rivia, es un brujo que se gana la vida dando caza a monstruos y criaturas. Los dos primeros libros nos ofrecen una buena imagen de cómo es su día a día desempeñando esta profesión. A partir del tercer libro se inicia una trama llena de aventuras, conflictos, conspiraciones y viajes en la que se verán envueltos varios personajes del entorno del brujo. La trama no es nada espectacular pero está muy bien desarrollada: el mundo vive un periodo de posguerra tras el conflicto que enfrentó al Imperio de Nilfgaard, en el sur, con los diversos reinos nobles del norte. Y ante este panorama se nos presenta a una niña llamada Cirilla de Cintra, heredera al trono de dicho reino y cuyo destino se encuentra ligado al del brujo. No es nada que no hayamos visto antes. La niña es la protagonista de una profecía que trae a todos de cabeza, tiene que superar su destino y hacer frente a los malos mientras los buenos la protegen y ayudan.

Afortunadamente, Sapkowski es un grandísimo escritor y gracias a su inconmensurable calidad narrativa, logra dotar de emoción y vida a la trama y sus personajes. Los diálogos son extensos y muy poéticos, como si los hubiera firmado el mismísimo Quevedo o el propio Cervantes. En este aspecto hay que hacer especial mención al traductor, José María Faraldo, quién ha realizado un estupendo trabajo adaptando la obra de Sapkowski a nuestro idioma.

''Acero para los humanos, plata para los monstruos''

En general, toda la saga posee claras diferencias respecto al resto de libros del género, no sólo en la narrativa. Para empezar nos encontramos con un mundo fantástico adulto, crudo y visceral. La muerte, la violencia o el sexo son tratados a lo largo de la obra, pero todos estos temas están increíblemente medidos y no son una constante. A diferencia de los libros de George R. R. Martin, Sapkowski no necesita mostrarte muertes, culos y tetas a cada segundo para hacerte saber que su obra es seria y adulta, no es tan gore y bruto. El polaco es más comedido a la hora de incluir todas estas situaciones y, cuando debe mostrarlas, lo hace de forma fría y breve, sin deleites ni excesos.  

Con las batallas ocurre algo parecido. Geralt es un brujo, un cazador de monstruos, no un soldado o caballero. No es un icono de épica y gloria. No veremos grandes y largas batallas multitudinarias que decidan el destino del mundo, al contrario, los momentos de acción son escasos, muy breves, situacionales y de pequeñísimas proporciones, pero aun así, los pocos que hay están muy bien situados. 

Otro de los rasgos que distingue a la obra de Sapkowski es el mundo en el que se desarrolla la acción. La saga de Geralt de Rivia es una mezcla entre el folclore eslavo y la cultura celta. La gran mayoría de libros fantásticos no dejan de ser una imitación vaga de la Tierra Media de Tolkien o de la mitología anglosajona. ¿Eso funciona? Sí, pero no sorprende. Sapkowski prefiere trasladarnos a la Europa medieval más recóndita pero aderezada con ligeros toques fantásticos en forma de criaturas propias de las leyendas y el folclore de la Europa del Este. El mundo que crea es exótico, vivaz y emocionante. A esto ayuda el parcial desconocimiento de la cultura eslava en los países mediterráneos y más occidentales (una de las razones por las que esta saga es tan poco conocida en nuestro país), pues todo resulta nuevo. Se aprecia que Sapkowski no es tan imaginativo como otros autores, pero se vale del mundo real y le da la forma que quiere, presentándolo en su obra con una esencia familiar y a la vez totalmente renovada.

El brujo mantiene relaciones amorosas con diversas mujeres durante la trama.  La hechicera Yennefer es una de ellas.

Geralt de Rivia no gustará a todos los amantes del género fantástico. Quien esté acostumbrado a la fantasía más típica y básica en la que se suceda la acción con frecuencia, probablemente encontrará esta saga un tanto sosa y espesa, principalmente por su narrativa cargada, de estilo antiguo y en parte poético. Además, aunque sus personajes son muy carismáticos y funcionan de maravilla dentro de la obra, a excepción de Cirilla (la niña es de los mejores personajes que he visto nunca. Divertida e interesante), ninguno destaca en particular y no son tan interesantes o retorcidos como los que podemos encontrar en la colección de Canción de Hielo y Fuego. Geralt nos puede parecer soso y sin sentimientos (de hecho, carece de ellos, aunque esto tiene un motivo que se explica en la obra, así que se lo perdonamos), y Jaskier, un bardo amigo del brujo, no deja de ser un tópico (el de don Juan, más concretamente). 

Aun así, La saga de Geralt de Rivia es una lectura más que recomendable, de gran calidad y una alternativa un tanto distinta en un mercado bastante saturado por la fantasía ''tolkiniana''.

Lumin